lunes, 2 de enero de 2017

Un Personaje de Novela: Oscar Marin Paz




Un Personaje de Novela: Òscar Marín Paz.
En su imperturbable derrotero, la muerte, se nos llevó un personaje de las mismas entrañas de Miranda. Óscar Marín Paz.
Descendiente de las primeras familias pobladoras de la aldea inicial que era Miranda, por los años nacientes del Siglo XX. Sí Don Julio Fernández Medina, dono la tierra que sirviera de asiento al poblado: Miranda, fueron las primeras familias que regaron la semilla para que la población aumentara sus ciudadanos, formado por gentes luchadoras, ambiciosas, y cristianas, aparece la figura de Don Cruz Paz, propietario de inmensas y bellas tierras del Valle del Cauca, situadas en La Munda y sobre el Camino Bolivariano hoy Avenida Centenario, varón que multiplicó la estirpe de la cual hizo parte el amigo que despedimos este lunes 24 de noviembre del año 2014.
La vida de Oscar en Miranda, está llena de anécdotas, sobre: mujeres, canciones y licor. Como decía Don Héctor García, Banquero a quien le toco servir al Oscar empresario, para responder a las atenciones de agradecimiento de Oscar había que pedir vacaciones.
Conocí, este gran amigo en el último cuarto de hora de su vida, tiempo suficiente para labrar una imperecedera amistad, que nos acompañó hasta su destino final. Fueron tantas las aventuras, como las anécdotas referidas por los mirandeños, sobre la vida de este personaje, que considere inevitable, lanzarme en unas narraciones de ficción sobre su vida.
El resultado de este complicado ejercicio, fue la aparición de la novela. “Un Oscar para la libertad”, donde tomo la vida de Oscar, como protagonista de la novela de la que dijo el Doctor Guido Enríquez en su prólogo:
-El relato que sigue a estas no bien hiladas palabras trae aventuras contadas dentro de una técnica realista que busca, como dijera Mario Vargas Llosa, “acortar la distancia que separa la ficción de la realidad y, borrada esa frontera, hacer vivir al lector aquella mentira como si fuera la más imperecedera verdad, aquella ilusión la más consistente y sólida descripción de lo real”- Oscar, el protagonista, es un hombre que ama a todas las mujeres, busca placeres y aventuras, conoce a mucha gente importante, viaja compulsivamente y, luego de sortear múltiples escollos, se refugia en un pequeño pueblo de Colombia, pintoresco, pacífico y complaciente como preámbulo al hallazgo de la libertad, que, al fin, viene a encontrarla en inmensa y misteriosa playa. En nuestro caso, Oscar, el protagonista, después de ir y venir, amar y volver a amar, termina, como en el poema de Chocano: “metiéndose a cartujo por ti”; sólo que éste aventurero no lo hace por mujer alguna, como en el poeta peruano, sino por la libertad y, en una “cartuja” (playa en esta obra), cuyos detalles ignoramos. Aquí comenzaría la gran acción del relato, la que está a cargo del lector, y esa es, precisamente, una de las técnicas de la novela: dejarle al lector su finalización resolviendo un gran interrogante que él mismo debe formular y que el narrador, como en este caso, apenas insinúa. Recordemos, además, que como también decía Kundera, “el novelista no es un historiador ni un profeta, es un explorador de la existencia… y un tema es una interrogación existencial”; es lo que, cabalmente, aquí sucede: a pesar de la mención de hechos y personajes históricos no es una novela histórica sino una manera de situar en un ambiente existencial. Si nos satisface una novela es porque, tal como afirmaba Kafka: “Los poetas no inventan los poemas; el poema está en alguna parte; desde hace mucho tiempo está ahí; el poeta solamente lo descubre”. Para el escritor checo el poeta es todo creador literario que halla y expresa lo que tenemos, así sea poema o relato, ya que el hombre y el mundo están íntimamente ligados, como anotaba Martín Heidegger con su conocidísima fórmula: in – der Welt- sein (ser en el mundo).
El narrador del escritor Luis Fernando Orozco Gutiérrez, es, en este caso, omnisciente y habla en tercera persona para que podamos abarcar no solo los variados escenarios en que sucede la acción sino también el papel de numerosos personajes y el largo deambular del protagonista en su labor de coordinador de un ambiente existencial; todo por explorar, una vez más, la condición de la vida humana.-
De su cotidianidad, donde la mujer ocupo un lugar de preferencia, no se puede explicar la vida de Óscar, sin la presencia de una mujer, ya sea de éxito o frustración y en sus lamentos decía:
.No importa la distancia,
Si el recuerdo es imperecedero,
Y nuestro amor y nuestro cariño,
Está latente todos los días.
Dios mío Dios mío,
Yo te ofrezco este amor,
Tú me lo diste,
Se lo robó la ausencia,
Dios mío, Dios mío,
Es lo único que tengo para ofrecerte,

Acéptalo Señor.No hay texto alternativo automático disponible.


No tuvo fuerzas para despedirse de las mujeres, que tantos momentos habían ocupado su corazón; por ellas solitario, derramó muchas lágrimas.
Hablaba de las mujeres en otro tono. Lo instalaron en el corredor con vista a la Avenida del pueblo, desde donde observaba el paso de las gentes y vehículos; lo saludaban las personas que transitaban por el lugar, y él con ternura, movía la mano, en respuesta de cortesía. Se lamentaba por la ausencia de visitas, a un hombre que tenía tantos amigos, especialmente femeninas.
Sus diálogos se circunscribían a lamentarse de la ingratitud de las mujeres, a quienes había consagrado toda su vida y su fortuna. La vida se le convirtió en una tragedia sin fin, pero no hablaba de la muerte, esto lo asustaba; quería vivir eternamente. Nunca perdió su caballerosidad ni el optimismo por recuperar la salud.
Ya se fue este hombre insustituible, en la historia del poblado, vendrán muchos más, unos parecidos y otros diferentes, pero la vida sigue su marcha y solo queda el encuentro ante el Creador.
Adiós buen amigo, que en el mas allá encuentres por fin la mujer que te de Paz.
Por: Luis Fernando Orozco Gutiérrez
luisforozcog@outlook.com

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