martes, 3 de enero de 2017

HUMBERTO MARQUEZ (+)

HUMBERTO MARQUEZ (+)
Por: Luis Fernando Orozco Gutiérrez
Este mirandeño recientemente desaparecido, es más motivo de conocimiento de los literatos deMiranda que en su oficio de “guadañador” de jardines, parques etc. y crítico acérrimo de las malas obras de su pueblo, labor que desempeño durante su vida.
El escritor mirandeño Jairo Adolfo de Miranda, lo tiene de personaje en uno de sus –cuentos-, sirviéndole de lazarillo a -Macrol el Gaviero-, en estadía del aventurero, del poeta y escritor colombiano Álvaro Mutis, en el parque principal de Miranda, acompañado en tremenda parranda de los mirandeños de la época. El escritor Orozco, lo presenta en su cuento “El regreso de don Julio”, auxiliando a don Julio, fundador de Miranda, e indicándole la dirección solicitada por el recién incorporado nuevamente a la vida humana, estando nuestro personaje Márquez más “elevado” que cometa en vientos de agosto, o de mecánico de bicicletas, en la novela “Un Oscar para la libertad”, bajo el seudónimo de Humberto Barquez.
Nacido en el área rural de Miranda, paso su vida de guadañador, luciendo siempre una cachucha de cuero y llevando su guadaña en la bicicleta que le servía de instrumento de transporte. Y lo asemejaba al Quijote cabalgando a “Rocinante,” en su batalla contra los “molinos de viento”, mientras alternaba el consumo de marihuana con su trabajo, oficio que desempeñó durante toda una vida.
Amigo de los administradores de turno, a los cuales nunca les ahorró una crítica constructiva sobre su mandato, hasta obtener finalmente una vivienda en “Suerte cuarenta”, lugar donde encontró la muerte, estrellándose en una piedra, después de aligerar unos aguardientes.
Desde la edad del uso de razón hasta su muerte, fue el más adicto consumidor de marihuana de que se tenga “memoria” en la región; durante su existencia no faltaron días bisiestos o viernes santos o paros guerrilleros, es decir su adicción fue una “forma de vida”, razón para entender que faltó el estudio de medicina correspondiente a este amigo, sobre el consumo de “cannabis”, durante toda una vida.
Un personaje de la cultura del pueblo se le ocurrió la idea de proclamarlo “personaje típico” del poblado, en vista de su trabajo como veedor de las obras municipales y permanente preocupación por el desarrollo del municipio y le trasmitió a Márquez la idea. Este le respondió diciéndole hasta de que se iba a morir y señalándole que más “Personaje típico” seria su “bendita” madre.

Márquez se va a la eternidad, dejando una duda sobre la marihuana, pues es sus casi 60 años de consumo, su comportamiento fue el de un hombre normal, sin causar malestares a su comunidad. El daño se lo provocó el alcohol hasta encontrar la muerte. Paz en la tumba de este especial mirandeño.

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