HUMBERTO MARQUEZ (+)
Por: Luis Fernando Orozco
Gutiérrez
Este mirandeño recientemente desaparecido, es más motivo de
conocimiento de los literatos deMiranda que
en su oficio de “guadañador” de jardines, parques etc. y crítico acérrimo de
las malas obras de su pueblo, labor que desempeño durante su vida.
El escritor mirandeño Jairo Adolfo de Miranda, lo tiene de
personaje en uno de sus –cuentos-, sirviéndole de lazarillo a -Macrol el
Gaviero-, en estadía del aventurero, del poeta y escritor colombiano Álvaro
Mutis, en el parque principal de Miranda, acompañado en tremenda parranda de
los mirandeños de la época. El escritor Orozco, lo presenta en su cuento “El
regreso de don Julio”, auxiliando a don Julio, fundador de Miranda, e
indicándole la dirección solicitada por el recién incorporado nuevamente a la
vida humana, estando nuestro personaje Márquez más “elevado” que cometa en
vientos de agosto, o de mecánico de bicicletas, en la novela “Un Oscar para la
libertad”, bajo el seudónimo de Humberto Barquez.
Nacido en el área rural de Miranda, paso su vida de guadañador,
luciendo siempre una cachucha de cuero y llevando su guadaña en la bicicleta
que le servía de instrumento de transporte. Y lo asemejaba al Quijote
cabalgando a “Rocinante,” en su batalla contra los “molinos de viento”,
mientras alternaba el consumo de marihuana con su trabajo, oficio que desempeñó
durante toda una vida.
Amigo de los administradores de turno, a los cuales nunca les
ahorró una crítica constructiva sobre su mandato, hasta obtener finalmente una
vivienda en “Suerte cuarenta”, lugar donde encontró la muerte, estrellándose en
una piedra, después de aligerar unos aguardientes.
Desde la edad del uso de razón hasta su muerte, fue el más adicto
consumidor de marihuana de que se tenga “memoria” en la región; durante su
existencia no faltaron días bisiestos o viernes santos o paros guerrilleros, es
decir su adicción fue una “forma de vida”, razón para entender que faltó el
estudio de medicina correspondiente a este amigo, sobre el consumo de
“cannabis”, durante toda una vida.
Un personaje de la cultura del pueblo se le ocurrió la idea de
proclamarlo “personaje típico” del poblado, en vista de su trabajo como veedor
de las obras municipales y permanente preocupación por el desarrollo del
municipio y le trasmitió a Márquez la idea. Este le respondió diciéndole hasta
de que se iba a morir y señalándole que más “Personaje típico” seria su
“bendita” madre.
Márquez se va a la eternidad, dejando una duda sobre la
marihuana, pues es sus casi 60 años de consumo, su comportamiento fue el de un
hombre normal, sin causar malestares a su comunidad. El daño se lo provocó el
alcohol hasta encontrar la muerte. Paz en la tumba de este especial mirandeño.
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